martes, 21 de abril de 2009

conexionismo

El conexionismo es una corriente psicológica dentro del conductismo, primero y del cognitivismo, después.

El primer conexionismo fue formulado por Edward Thorndike, que lo entendía como una psicología de Estímulo-Respuesta. Por tanto, el conexionismo era entendido como una psicología de la contigüidad.

Reformulado por Rosenblatt, consiste en un sistema de representaciones y trasformaciones del conocimiento y se enmarca dentro de la psicología cognitiva. Defiende un procesamiento de infinidad de elementos en paralelo. El procesamiento se produce de modo simultáneo y en paralelo entre elementos simples, que se envían señales de excitación e inhibición. El conocimiento se almacenaría en asociaciones

En psicología, esta nueva forma de estudiar y explicar la mente y la conducta recibe el nombre de conexionismo (aunque otros prefieren el término “neoconexionismo”, para distinguirlo del antiguo conexionismo propuesto por Alexander Bain en la segunda mitad del siglo XIX, autor que también subrayó la importancia de las conexiones entre neuronas, y la investigación y experimentación fisiológica). Dado que para este paradigma el procesamiento y el almacenamiento de la información recae en amplios conjuntos de elementos simples (las unidades de las redes conexionistas), el modelo de procesamiento conexionista se llama también Procesamiento Distribuido en Paralelo (o PDP).

condicionamiento operante

En psicología, el condicionamiento operante es una forma de aprendizaje en la que la consecuencia (el estímulo reforzador) es contingente a la respuesta que previamente ha emitido el sujeto. El condicionamiento operante implica la ejecución de conductas que operan sobre el ambiente.

El condicionamiento operante es un tipo de aprendizaje asociativo que tiene que ver con el desarrollo de nuevas conductas en función de sus consecuencias, y no con la asociación entre estímulos y conductas reflejas existentes como ocurre en el condicionamiento clásico. Los principios del condicionamiento operante fueron desarrollados por B.F. Skinner, quien recibió la influencia de las investigaciones de Pavlov y de Edward L. Thorndike.

El nombre condicionamiento operante es el que dio Skinner, aunque hoy se prefiere el de condicionamiento instrumental, por ser más descriptivo. Roger Tarpy los equipara, decantándose por el término instrumental, especialmente para el aprendizaje humano, aunque para todos en general. Para él ambos son iguales en tanto en cuanto ambos dan lugar a consecuencias reforzantes. Desde el punto de vista histórico, el término de condicionamiento operante se ha utilizado para hacer referencia a situaciones experimentales en las que los sujetos actúan a su propio ritmo, en contraposición a recibir ensayos directos. Algunos defienden en esto la separación de ambos términos que por lo demás se considera poco operativa.

condicionamiento clasico

El aprendizaje por condicionamiento clásico (Paulov): según esta teoría las actividades del organismo se encuentran vinculadas al sistema nervioso. Adopta el esquema E-N-R (estímulo-sistema nervioso-respuesta). El reflejo condicionado es el emparejamiento de un estímulo condicionado, neutro con un estímulo incondicionado en varias ocasiones, produciendo una respuesta condicionada (RC). El reflejo condicionado necesita de la coincidencia en el tiempo de un estímulo neutro y otro incondicionado. Se puede producir partiendo de cualquier reflejo incondicionado y cualquier agente del medio ambiente interno o externo siempre que los hemisferios cerebrales lo perciban.

El reflejo incondicionado es la conexión permanente entre un agente externo y la respuesta del organismo.

En las teorías conexionistas (aprendizaje por refuerzo y contigüidad), se mantiene que los hábitos son resultados de la repetición de rutinas, se explica el aprendizaje desde un restringido número de leyes básicas. Los hábitos son una formación mecánica que resulta de la ascociación o continuidad.

Otro autor, Watson, pasó de los planteamientos del conexionismo por contigüidad al conductismo; llegó así a las teorías de la modificación de conductas.

El conexionismo y el conductismo tienen en común:

a)     Plantean el aprendizaje desde leyes mecanicistas.

b)    Utilizan el aprendizaje animal, extrayendo conclusiones para el aprendizaje humano.

c)     Analizan señales o estímulos presentes.

Los principios básicos del aprendizaje por conexión, contigüidad, asociación y conductismo son:

a)     El sujeto debe ser activo: no debe limitarse a escuchar pasivamente.

b)    Es importante la frecuencia de la repetición para adquirir destrezas y garantizar la retención de lo aprendido.

c)     El aprendizaje debe tener en cuenta el refuerzo previo a las respuestas correctas, los refuerzos positivos deben prevalecer sobre los negativos.

d)     Son necesarios contextos variados que faciliten la discriminación y generalización de diferentes gamas de estímulos.

e)     Los modelos pueden potenciar la aparición de nuevas conductas y son consecuentes con las propuestas de aprendizaje de estímulo-respuesta.

f)     En estas teorías están presentes de manera importante los impulsos o motivaciones. No todas las motivaciones sociales actúan según los principios de reducción del impulso.

g)     Las discriminaciones difíciles y en general en situaciones sociales en las que se presentan móviles inoportunos para la acción, hacen aparecer conflictos y frustraciones.

aprendizaje de contiguidad

Estas son teorías según las cuales la unidad esencial aprendida es una conexión entre un estímulo y una respuesta. Esto deriva en el conductismo cuando se rechaza la posibilidad de analizar otro fenómeno que conductas manifiestas.

aprendizaje social


“El aprendizaje perceptual, social, por imitación u observacional, es un proceso por el cual un individuo logra realizar una conducta nueva o alterar la frecuencia de una previamente aprendida, por la observación de modelos. Si bien este fenómeno fue conocido desde los comienzos de la psicología del aprendizaje (por ejemplo, Miller y Dollard, 1941), es Bandura quien, a partir de los ’60, establece algunas de las condiciones necesarias y suficientes para el aprendizaje imitativo (ejemplo, Bandura y Walters, 1963). Entre ellas están que el modelo debe recibir reforzamiento por lo que realiza, que haya similaridad entre modelo y observador, que el modelo tenga prestigio ante el observador, que el observador tenga los componentes de la respuesta a ejecutar y que el imitador reciba también reforzamiento por la imitación”.